España es desde hace mucho tiempo uno de los países más receptores del turismo internacional ratificado por los más de 80 millones de visitantes que recibe cada año. Un lugar ideal para muchos de ellos son las Islas Canarias, que ofrecen un clima excepcional debido a estar ubicado justo en la franja tropical que comparte con países latinoamericanos y africanos.
Canarias recibió en el año 2023 un total de 14,1 millones de turistas extranjeros, lo que fue recogido en los medios de comunicación como un récord turístico. Cada año esa cifra va en aumento, por lo que en lugar de ser una noticia para festejar para sus pobladores, el pasado fin de semana manifestaron para alertar que de continuar con la escalada de infraestructura, servicios y demanda de energía, además de la generación de residuos y desechos; el frágil archipiélago va a colapsar.
Nos trasladamos a la Isla de Tenerife (Provincia de Santa Cruz de Tenerife) para reseñar esta manifestación y pudimos apreciar que muchos de los locales atendieron al llamado cuya consigna principal fue “Canarias tiene un límite”. El sol abrasivo de las 12 del mediodía no impidió que el entusiasmo de los presentes, muchos luciendo vestuario amarillo, que fue el color escogido por los convocantes, se hiciera presente junto a pancartas que establecían claramente reivindicaciones genéricas y específicas, como las que llevaron algunos barrios o caseríos.
Llegamos muy preocupados por el tema ambiental, como es la afectación de la biodiversidad marina debido a los vertidos ilegales al mar, que han sido contabilizados en más de 300. Y es que al parecer los desarrollos inmobiliarios y hoteleros no parecen tener techo ni una correcta fiscalización en cuanto al necesario cumplimiento de valoración de su impacto ambiental. Apreciamos el Documental “Salvar Tenerife” que ha podido documentar muchas de las infracciones que se han cometido en los últimos 10 años.
Uno de los reclamos puntuales fue el alza de los precios de los inmuebles y cánones de arrendamiento, ya que se ajustan más a un baremo internacional. “Los alojamientos ya no están solamente en los hoteles, en cada barrio se están reservando plazas para los visitantes, lo que muchas veces perjudica a los locales que buscan sitios para vivir”, dijo Julia.
Por su parte los convocantes esgrimían como demanda: “Una regulación efectiva de la vivienda que garantice el acceso a este derecho básico a la población canaria, frenando el descontrol del alquiler vacacional y limitando la compra de vivienda a personas que no residen en las islas”.
Otra solicitud se basa en el cobro de una “ecotasa turística”, es decir, que se cobre una pequeña cantidad de dinero a las personas que visitan las islas para poder reinvertir lo recaudado en el cuidado y mantenimiento de los espacios naturales o en la creación de empleo verde. El tema político también salió a relucir con solicitudes de dimisiones a esos funcionarios públicos que consideran son cómplices de la debacle y los mueve más el afán de lucro.
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